En Lura entendemos que cada cuerpo tiene un lenguaje propio, una manera única de manifestar cómo se encuentra, cómo se siente y qué necesita. Por eso, antes de proponer ningún tratamiento corporal, realizamos un diagnóstico individualizado, donde lo más importante es escuchar, observar y comprender.
No nos movemos desde el juicio ni desde el afán de corregir. Nuestro enfoque no es transformar cuerpos para ajustarlos a un estándar, sino cuidarlos, respetarlos y acompañarlos con atención y profesionalidad.
Durante el diagnóstico corporal, dedicamos tiempo a entender:
- Cómo está funcionando el sistema linfático y circulatorio
- Si hay signos de retención de líquidos, inflamación o bloqueo
- El estado del tejido: firmeza, hidratación, tonicidad
- Hábitos de vida que puedan estar influyendo en el estado general del cuerpo
Todo esto lo hacemos a través de la observación visual y manual, pero también mediante una conversación sincera, donde cada persona puede expresar lo que siente, lo que le preocupa o lo que desea mejorar.
Este diagnóstico es el punto de partida para un plan de cuidado real, adaptado, sin promesas milagrosas ni soluciones genéricas. Es un espacio donde se construye confianza, donde la persona se siente escuchada y donde empieza, muchas veces, un proceso de conexión con su propio cuerpo.
En Lura no trabajamos por protocolos cerrados, sino por personas. Cada cuerpo es diferente, y merece ser tratado con precisión, delicadeza y compromiso. Por eso, el diagnóstico corporal no es un trámite más: es la base sobre la que construimos todo lo demás.
Si sientes que tu cuerpo está pidiendo atención, equilibrio o simplemente un momento para ser escuchado, estamos aquí para acompañarte con lo que mejor sabemos hacer: cuidar desde el conocimiento y el respeto