Necesitas tiempo para ti, pero a menudo se lo dedicas a quienes te rodean o lo inviertes en actividades que intensifican aún más tu sensación de desgaste y ansiedad.

Ante esta situación, saber descansar de modo adecuado resulta, sin duda, fundamental si queremos gozar de una buena salud. No obstante, es frecuente que en ocasiones estos aspectos nos pasen desapercibidos o que nos dejemos llevar por el ritmo que otros nos marcan.

Pero disponer de un lapso para uno mismo no es sinónimo de vacaciones o de momentos de ocio para olvidar el estrés. Este tipo de inversión implica, en primer lugar, aprender a desconectar y establecer una unión delicada y auténtica con las propias necesidades.

En otras palabras, consiste en apagar el ruido mental y atender a lo que de verdad sentimos. Esta es la forma de tomar decisiones relevantes en la vida. ¿Lo aplicas?

Para comprobarlo te animo a fijarte en algunas posibles pistas.

Algo tan sencillo como dedicarnos un rato cada día a nosotros mismos actúa como la más potente de las vitaminas. Veamos qué dimensiones psicológicas nos señalan que quizás hemos de pararnos un instante a reflexionar sobre esto.

1. El mal humor y la apatía

Tal vez hayamos pasado por esas etapas en que cualquier detalle nos molesta o en las que perdemos el ánimo o el interés por casi todo. Acaso se trate solo de rachas o días puntuales, pero el problema adquiere otras connotaciones cuando esta sensación se alarga hasta cronificarse.

2. La impresión de no tener tiempo para nada

El fenómeno del “tiempo perdido” es un síntoma común asociado a la ansiedad. Se trata de esa sensación en la que percibimos que no llegamos a todo o que nos faltan las fuerzas. Además, las dificultades de concentración y para organizar tareas y horarios también son habituales en estos casos.

3. El fracaso autopercibido

Hagamos lo que hagamos, todo va a salir mal. Asimismo, es probable que ese deterioro de la autoconfianza tenga que ver con un locus de control externo. Es decir, sentimos que, aunque nos esforcemos, nada depende de nosotros.

Es una experiencia compleja que expresa la frustración que estamos viviendo. Ahora bien, si nos prestarnos más atención, estaremos en unas condiciones más óptimas para recuperar el equilibrio.

4. No sentirnos valorados

El mundo va a contracorriente y parece que quienes nos rodean se priorizan en exceso a sí mismos, dando por sentado que estaremos siempre a su disposición. Que cuando necesitan respirar, les damos aire; que cuando quieren andar, colocamos el suelo bajos sus pies. La solución se basa sobre todo en reaccionar y poner límites. Porque el no sentirnos valorados merma la propia autoestima y afecta de forma directa a nuestro estado de ánimo.

5. Síntomas psicosomáticos

El cuerpo también responde cuando no nos dedicamos tiempo. Así, la ausencia de paréntesis para pensar, relajarnos o iniciar una charla interna para descubrir las propias prioridades puede relacionarse con señales como:

  • Nerviosismo.
  • Tensión muscular
  • Cansancio excesivo.
  • Alteraciones del sueño.

¿Cómo empezar a dedicarte tiempo para ti?

La clave no es darse unas vacaciones o esperar al viernes para ‘ser persona’. El mejor momento es ahora.

Abrir chat
¿En qué podemos ayudarte?
Hola,
¿En qué podemos ayudarte?