¿Llevas un tatuaje que no te gusta y has pensado en taparlo?

Los cover ups consisten en la realización de un tatuaje sobre otro anterior. Es una técnica muy utilizada para ocultar un tatuaje que ya no deseamos llevar.

A priori, puede parecer una buena solución pero en la práctica ocurre que el tatuaje que tenemos que realizar es mucho más grande y normalmente con tintas más oscuras. Además, no siempre es posible ocultar por completo el tatuaje antiguo. Esto lleva a tener que realizar un tatuaje que tampoco es lo que queremos y que no va a cumplir con el propósito de tapar por completo el antiguo tatuaje.

Habitualmente nos encontramos con personas que deciden realizar una eliminación con láser tras realizar un cover porque el resultado no ha sido el esperado. El nuevo tatuaje tampoco les gusta y además, sigue viéndose el antiguo. Con el añadido de que la eliminación es más costosa ya que el tatuaje es más grande, tiene más cantidad de tinta,…


Tenemos que renunciar al cover up? No. Lo único que tenemos que hacer es realizar alguna sesión de láser antes de realizarlo. La gran mayoría de tatuadores profesionales lo recomiendan a sus clientes cuando les piden tapar un tatuaje. De esta manera tendremos más libertad al decidir el diseño posterior, la realización del cover será más fácil y el resultado final será mucho más satisfactorio.


Normalmente, es suficiente con 1 a 3 sesiones de láser para reducir la cantidad de tinta del antiguo tatuaje. Tras 4-8 semanas de la última sesión de láser podrás volver a tatuar la zona.

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