La piel es el órgano más grande del cuerpo humano. Pero, además, es el más visible de todos, y el más expuesto a las agresiones externas. Su cuidado implica cuidarte a ti misma.
Hablamos de cremas, sérums, tratamientos antiaging y demás parafernalia cosmética como si se tratara de algo frívolo a veces, o prescindible. Sin embargo, cuidar la piel -empezando por la limpieza- es el primer paso para tenerla saludable.
Porque lo que parece ‘solo’ estética es mucho más: es mimar el órgano más grande del organismo, la barrera primera que nos defiende de los daños exteriores, como la polución, sin ir más lejos.
«Conocer tu piel y saber cuidarla debería ser el mantra de todas. Limpiarla, hidratarla y nutrirla las tres reglas de oro. Sin eso tu piel jamás será tan bonita como podría».
¿Cuál es la importancia del cuidado de la piel?
La piel protege todo el cuerpo y es indispensable para que tengamos la temperatura adecuada. Sin ella nos perderíamos uno de los sentidos más placenteros, el del tacto. Dejarla de lado u olvidarla no es factible. Su cuidado debe de ser una de nuestras prioridades para que, en definitiva, nos cuidemos a nosotras mismas.
La piel no es solo un envoltorio. Además de controlar la temperatura corporal, «evita que nos deshidratemos e impide el paso de agentes patógenos (virus y bacterias), toxinas, radiaciones y alérgenos a nuestro interior»
Seguimos enumerando los ‘valores’ de la piel: a través de ella sentimos y conectamos con el mundo exterior, recibimos estímulos a través del tacto. Incluso hay hormonas que se sintetizan en la piel, porque tiene una función endocrina.
¿Más razones para cuidarla? «La piel está estrechamente vinculada al sistema nervioso y al inmunitario, por lo que, a través de ella, se refleja lo que ocurre en el interior; además de que su estado puede ejercer un impacto significativo sobre la autoestima.
La limpieza, la base del cuidado de la piel
Sin limpieza no hay tesoro. Te pongas como te pongas, si no mantienes tu piel limpia, la suciedad terminará haciendo estragos.
Hablamos de que no puedes acostarte ningún día sin desmaquillarte, por supuesto (una doble limpieza nocturna es de hecho recomendable a partir de ciertas edades). Esa rutina de apartar todo lo que te has puesto en la cara es indispensable para que la piel respire y vuelva a su ser.
Da igual el estado en el que llegaras anoche, tira de una limpiadora adecuada y termina con un tónico para regular tu pH. Y no olvides que por la mañana, al despertar, también hay que limpiar. Una piel limpia es una piel sana.
Hidratación, siempre importante
La primera norma de todas las pieles, porque todas, hasta las grasas, necesitan su hidratación. Elige la crema hidratante específica para tu tipo de piel.
Pero la piel no solo debe estar hidratada por fuera para que luzca bonita. Será indispensable que esté hidratada por dentro, así que no te va a quedar otra que beber mucha agua para conseguirlo. Entre litro y medio, dos litros por día es el mínimo.
La importancia del cuidado de la piel; la protección solar
Pocas cosas tan importantes como que protejas tu piel de los rayos ultravioletas. Son responsables del envejecimiento prematuro y de muchas de esas arrugas que te desquician cuando te ves en el espejo, pero también de enfermedades como el cáncer de piel.
Diariamente, después de la limpieza y el resto de rutinas cosméticas, como último paso, incluye un producto con spf alto. Es la recomendación de todos y cada uno de los dermatólogos.
Cuidados extras
Todo lo que hagas de más, le va a venir fenomenal a tu piel, así que suma todo lo que te venga en gana.
El sérum es tu mejor aliado contra las arrugas. Elige uno con los componentes que necesites para tu piel y aplícatelo todas las noches antes de la crema de noche o por las mañanas después de limpiarte bien el rostro.
Fundamental: no fumes. Uno de los peores enemigos de nuestra piel es el tabaco. Dejar de fumar hará que tu piel pierda ese aspecto ceniciento y se vea mucho más luminosa. Prueba; los resultados son visibles en apenas dos semanas.
No es tanta tarea que hacer. Son solo cuidados básicos. Pero tu piel habla de ti y cuanto más bonita la luzcas mejor te sentirás. El cuidado de tu piel habla de ti; haz que diga cosas preciosas.