En septiembre el propio clima se repliega en sí mismo e invita al recogimiento, la rutina y concentración.
Tras un contacto más estrecho con la piel de nuestro cuerpo en verano, estos días somos más conscientes de lo que queremos preservar o reparar en ella. Es momento de atender todos esos pensamientos y sensaciones antes de que queden enterradas bajo capas y capas de ropa. Es tiempo de cuidarla también tras los excesos del sol, alimentación y en algunos casos sedentarismo. Al igual que en el jardín, es época de desbrozar la vegetación seca por el sol abrasador de julio y agosto, acondicionar y abonar la tierra y si es necesario sembrar. 

 
Después del verano los dos pasos que consideramos fundamentales para el cuidado de la piel son:  

  1. Acondicionar y reparar: en esta fase es básico el uso de presoterapia ya que va a activar la circulación deshinchando el tejido, también puede mejorar zonas cargadas y doloridas y la celulitis provocada por el abuso de alimentos y bebidas hipercalóricas.
  2. Planificar y poner en marcha los tratamientos intensivos que el cliente ha decidido seguir en base a sus inquietudes y nuestro asesoramiento profesional. Para la mayoría de tratamientos se recomiendan unas primeras sesiones de presoterapia, o se utilizan intercaladas con las sesiones de otra aparatología. 


El simple hecho de retomar ciertas «rutinas» ya será un buen alivio para tu cuerpo y estarás list@ para iniciar cualquier tratamiento adelgazante o remodelante.
Los tratamientos más solicitados para remodelar la silueta son la radiofrecuencia, LPG, ciertos tipos de masaje y la presoterapia como complemento de todos ellos 

A veces no son kilos de más lo que traemos de vacaciones, sino un incremento del volumen corporal debido a la retención de líquidos provocada por la alimentación inadecuada y por el calor. Nos sentimos hinchados» y lo primera reacción es pensar «¡me he engordado!».
Pues no, en muchos casos se trata de que el sistema linfático ha dejado de funcionar correctamente y la circulación de la linfa, que es la encargada de transportar las grasas y toxinas hasta los canales de desecho, se ha ralentizado.
Una mala circulación linfática implica una retención de líquidos que puede provocar acúmulos de grasa en ciertas zonas del cuerpo, celulitis, arañas vasculares, varices e incluso edemas.
La presoterapia es el tratamiento ideal para ayudar al sistema linfático a funcionar correctamente y además se ha convertido en el tratamiento complementario indispensable para después de cualquier tratamiento

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